El video, difundido online por todas las principales agencias de prensa, que retoma el gentío que en Gaza se agolpaba desesperadamente entorno a los convoyes de bienes alimenticios, testimonia plenamente la naturaleza bárbara y nazi del nuevo crimen del cual se volvió protagonista el Estado israelita. Una masacre de palestinos, con más de cien muertos y casi un millar de heridos. Hombres, mujeres, niños que trataban de escapar, al menos por un momento, de las mordidas del hambre, de frente al obrar de una estrategia que prevee deliberadamente, entre otras cosas, también el exterminio por hambre progresiva de una población entera.

Los estados imperialistas de todo el mundo, incluido el italiano, fingen indignarse y escandalizarse. Se trata solo de una hipócrita fachada de cobertura de su sistemático sostén militar, económico e ideológico a un Estado, como el israelita, que es solo un puesto avanzado del imperialismo, sobre todo norteamericano, en el Medio Oriente.

Esta masacre nazi, posterior salto de calidad sobre la vía del exterminio de la población palestina de Gaza, es indicador de una conmoción de los equilibrios y de los ordenamientos mundiales relativos a una crisis general del imperialismo, que procede cada día más hacia el desarrollo y la generalización de la tercera guerra mundial iniciada en Ucrania.

No pasa un día que no sean asignados fondos para nuevos armamentos, no pasa un día en que los líderes de uno u otro imperialismo no afirmen la necesidad de enviar las propias fuerzas militares a Ucrania y que no aparezcan nuevos focos de guerra a escala internacional. El expansionismo imperialista occidental, del cual la prepotencia homicida del Estado israelita es solo una específica articulación, debe hoy hacer las cuentas con el expansionismo imperialista del nuevo Zar Putin y del socialimperialismo chino. Sobre esta base, como bien demuestra la situación en Ucrania, no existe más la posibilidad de una solución diplomática cualquiera. La guerra inter-imperialista y, junto a ella, el fascismo a escala planetaria representan ya el único camino con el cual el capitalismo y las varias burguesías imperialistas y socialimperialistas (China) pueden tratar de resolver la propia crisis.

En este contexto, la guerra de liberación del pueblo palestino y la guerra de liberación del pueblo ucraniano por la independencia nacional, contra el imperialismo de EE.UU y europeo y contra el nuevo Zar Putin, están objetivamente conectadas al desarrollo de la lucha del proletariado, de las masas populares y de los pueblos oprimidos de todo el mundo (a partir de las guerras populares de Nueva Democracia en curso en una serie de países) por la avanzada de la revolución proletaria mundial.

Las guerras de liberación nacional son un eslabón de un proceso a escala mundial que, cada vez más, pone al proletariado y a las masas populares de todo el mundo de frente a la alternativa entre combatir o perecer bajo los golpes del fascismo, de las agresiones imperialistas y del nuevo matadero mundial para el cual ya todas las burguesías y las clases reaccionarias de las varias potencias imperialista dicen que es necesario prepararse.

En efecto, esta alternativa es del todo real solo si se consideran situaciones momentáneas y relativas a pueblos individuales y naciones individuales, pero no en sentido absoluto. Considerando un arco de tiempo suficientemente largo, no hay ninguna duda de que el proletariado, las masas populares y los pueblos oprimidos de todo el mundo estarán en grado de vencer su guerra, la única verdaderamente justa y sacrosanta, esa para liberar al mundo de la explotación y de la opresión, de la división de la sociedad en clases, del capitalismo y del imperialismo. No puede haber dudas del hecho de que los crímenes del imperialismo y los del fascismo contribuyan en última instancia solo a alimentar cada vez más la tendencia a la revolución proletaria mundial.

Mientras más rápido y en el modo mejor se construyan verdaderos partidos comunistas y, sobre esta base, una verdadera nueva internacional comunista, mucho menores serán los sufrimientos que el proletariado y los pueblos de todo el mundo deberán aún padecer. El modo mejor para rendir homenaje a los mártires de la lucha revolucionaria palestina y para sostener concretamente la heroica resistencia de este pueblo es construir, en la lucha contra el imperialismo y el socialimperialismo, nuevos partidos comunistas en grado de guiar hacia la victoria las masas que, en todo el mundo, están iniciando a movilizarse y a buscar una salida diferente a la actual situación.

POR LA DEMOCRACIA POPULAR